domingo, 4 de marzo de 2012

Las mujeres peruanas demandamos al gobierno que garantice nuestros derechos para lograr una real transformación


 

Rumbo al 8 de marzo:  Colectivo feminista publicó hoy este comunicado en La República pidiendo que el gobierno garantice los derechos de las mujeres peruanas para lograr ”una real transformación”.  El colectivo está formado por las ONGs DEMUS, Manuela Ramos, Promsex, Católicas por el derecho a decidir y CLADEM Perú y una red de 67 organizaciones que se adhiere al comunicado. 

(La República, 4 marzo 2012)  Las mujeres peruanas luchamos por la democracia, la dignidad y los derechos humanos en contra del autoritarismo, la corrupción y la impunidad. Por ello en las últimas elecciones muchas mujeres votamos en defensa de una democracia basada en la garantía de libertades y derechos.

Las mujeres luchamos por políticas y medidas inmediatas para construir la igualdad de género, ejercer el poder y  transformar las condiciones de vida y las  múltiples desigualdades, discriminaciones y exclusiones,  que nos impiden vivir con dignidad, libertad, respeto y bienestar. Luchamos por el acceso a la justicia, el derecho a la reparación, la atención y la prevención de todas las formas de violencia que nos oprimen.

Las mujeres luchamos por una economía del cuidado, solidaria y sustentable, que respete el medio ambiente, los recursos naturales y la seguridad alimentaria. Luchamos por una democracia que respete nuestras decisiones en los campos de la sexualidad y la reproducción, para lo cual se requiere igualdad en la participación política, trabajo, educación, salud, justicia y la cultura.

Las autoridades que elegimos para gobernar el país hasta el 2016 ofrecieron, en su plan de gobierno y en compromisos posteriores, políticas y medidas para garantizar estos derechos de las mujeres. Sin embargo, y a pesar incluso de las normas nacionales e internacionales que obligan al Estado peruano, no están cumpliendo lo prometido. El gobierno está cediendo ante la presión de los poderes económicos, religiosos y militares. De manera enfática, las mujeres rechazamos estas presiones y aún más, rechazamos todo tipo de intervención de las iglesias en el Estado. Nuestros derechos solo podrán ser garantizados en un Estado laico en el que las políticas se basen en derechos humanos y no en credos religiosos.

Ahora alzamos nuestra voz para exigir medidas concretas e inmediatas frente a temas de urgente resolución y que fueron, también, compromisos de campaña electoral y del plan de gobierno.  Las mujeres exigimos la aprobación del protocolo del aborto terapéutico, las reparaciones a las mujeres víctimas de esterilizaciones forzadas y de violencia sexual durante el conflicto armado, una ley de consulta previa que garantice los derechos de los pueblos y de las mujeres indígenas, la aprobación de la ley de la alternancia en la conformación de listas electorales, la ratificación del Convenio OIT 189 sobre trabajo doméstico y la aprobación del Plan de igualdad de género 2012-2017.

Este 8 de marzo, en cumplimiento del Juramento por la Democracia, el Plan de Gobierno y la Hoja de Ruta, las mujeres creemos que para cumplir con la aprobación de políticas que garanticen el cumplimiento de nuestras demandas es necesario que se nombre un Premier y Ministras y Ministros que respeten los derechos humanos de las mujeres y la democracia como práctica de poder y expresión del pluralismo, así como la laicidad del Estado. Exigimos que se nombre una Ministra de la Mujer que haga de su sector un verdadero ente rector de las políticas de la igualdad de género, que se nombre un Ministro de Salud que garantice la universalidad de los servicios y que no tema garantizar la salud sexual y reproductiva, y un Ministro de Justicia que defienda los derechos humanos y el sistema que los protege.

Las mujeres creemos que el compromiso con las demandas de las mujeres no puede ser utilizado solo para obtener votos.  Por eso, las mujeres exigimos al gobierno que se adopten de manera inmediata las medidas que demandamos, como garantía de una inclusión que transforme realmente la democracia y el país.



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